25 de Abril – 12 am
Es medianoche. La bodega está mucho más fresca, pero transpiro como un cerdo. Corro por todos lados como un loco, monitoreando los tanques, probando el jugo, tomando temperaturas y rompiendo sombreros. Tengo siete tanques llenos por el momento, y los sombreros (las uvas que se elevan hasta la parte superior del tanque) necesitan que los rompamos cada cinco o siete horas. En esta etapa inicial de la fermentación el mosto parece una sopa densa – levanto el pisón sobre mi cabeza y lo intento hundir en el montón de uvas tiesas; negras y violetas. Es como amasar. Inhalo los aromas embriagadores: bananas, frutas tropicales y un dejo de quitaesmalte. Jake (mi ayudante) está limpiando todas las herramientas, bombas, equipos y el suelo. Me río mientras cabecea y se le cierran por un rato los ojos de sueño, para luego despertarse de golpe al mojarse los pies con agua fría.
1.45 am
Los tanques están listos, el lugar está limpio y preparado para arrancar el día… y Jake todavía está medio dormido. Arrastramos nuestros cuerpos transpirados y cansados al auto. No me gusta desatender a mis uvas ni por un segundo, pero tengo que correr (con menos de tres horas de sueño) y cosechar Malbec en la mañana. Pongo música fuerte para no dormirnos y agarramos la ruta.